Me miras, haces que me rinda a tus pies, que caiga como un niño con un dulce, y después de todo eso, te vas. Te vas y quedo en la desesperación de no saber que es lo que quieres de mi.
Vuelves...

Me miras otra vez y presientes que siempre voy a anhelar tus besos, y es cierto, lo deseo. Y vuelvo a caer por ti, jugándome las sensaciones en cada mirada. Te vas...
Esto se ha vuelto en un ir y venir, encontrarse, saber que caeremos en la pasión porque tenemos eso que llaman química. Yo adoro tus caricias y tu toque, en cómo invades mi fragilidad sabiendo que eres mi debilidad.
Vuelves otra vez... continúa el juego...
Pero esta vez pierdo, porque te vas y no vuelves otra vez, nunca más. Creo que sabes que esperaba algo más, pero somos diferentes, tu buscas algo incompatible conmigo.
No sufro, pero si te anhelo y te extraño, hoy más que nunca, veo mi cama y me parece verte allí, cierro los ojos y puedo sentir tus acaloradas manos sobre mi piel...
No hay comentarios:
Publicar un comentario