Best night ever

Me senté al lado tuyo para dormir, apenas te conocí hace unas horas, pero la química que se siente en el aire me permite decir que no es coincidencia que estemos rozando la intimidad. Respiro tu aroma sin que te des cuenta, sumirse en el olor a hombre es uno de los placeres que excitan a cualquiera, te embriaga y te toma del centro de tu cuerpo para que lo abraces. Pero no lo hago, retengo mis deseos y mis ansias, no debo, acabo de conocerte. Escucho una voz de mis amigas que me dice: ¡Cuida a mi niño!. A lo que respondo, Claro! yo lo cuido- y pongo mi mano en su hombro, cuando sorpresivamente, quien yo creía dormido toma mi mano y me hace abrazarlo, sintiendo su abdomen y su calor; mi nerviosismo comenzó a aumentar junto a mis latidos.

La pregunta era si seguía dormido porque a los minutos después se acomodó y me abrazó, y yo cuando me acomodo para dormir pongo mi pierna encima y así lo hice instintivamente. Él se volvió a acomodar y puso su mano encima de mi pierna, sentir ese gesto fue confuso para mi, ahora sí sentía todo su calor, abrazados y además me acariciaba con su otra mano, ¿por qué? no entraba en mi confusa mente cómo aquel hombre que hace unas horas había conocido se comportaba así de cariñoso, será que su naturaleza es así o quiere algo más? cualquiera pensaría que sí.

La cómoda posición se volvió incómoda, una de mis piernas se dormía y necesitaba tenerla en otra posición, así que le hablé y le pregunté si podía subir mis dos piernas sobre las suyas, a lo cual respondió rápidamente que sí, seguía con mi duda acerca de su dormir. Me acomodé entonces, subí mis piernas encima de él y me volvió a abrazar y a acariciarme, mientras yo lo rodeaba con mis brazos y dormitaba en su pecho, sentía cada latido de su corazón que acompasaba mis sueños como una canción. Claramente no pude dormir, pero estaba disfrutando aquello, su alma desprendía cariño y eso me reconfortaba, sobre todo porque era lo que más necesitaba en esos días.

Cuando desperté o mejor dicho me aburrí de tener cerrados los ojos, me acomodé y comencé a recorrer las venas de su mano, jugar con sus dedos, con su barba y a despeinar su pelo, pero me aburría, él me volvía a abrazar como para que dejara de jugar y lo dejara dormir, pero yo insistía y me reía y volvía en mi intento de despertarlo, parecía una nena caprichosa. Cuando ya abrió los ojos emprendí mi osadía de hacerle cosquillas, la cual he de decir que falló rotundamente, desde mi ángulo no tenía la oportunidad de hacerlo reír, y me empezó a hacer cosquillas y morí, mi debilidad suprema salió a flote. En mi desesperación lo comencé a morder, y debo confesar que es mi terrible vicio morder, es bastante íntimo y se puede hacer cuando hay confianza, pero no sé que me pasó.

Sin embargo llegó un momento de muchísimo nerviosismo, trató de provocarme cosquillas en el cuello sin resultado alguno, y al ver frustrado su intento comenzó a deslizar uno de sus dedos por el centro de mi pecho, haciendo que mi respiración se acelerase. Recorría hasta mi escote bastante pronunciado y yo aguantaba mis ganas de reír, solo mi pecho subía y bajaba demostrando mi nerviosismo total.

En resumidas cuentas, fue una experiencia rara, pero a la vez me llevó a pensar en el don de llegar al alma de la gente sin palabras provocando emociones y sensaciones distintas, con sólo el tacto, sobre todo cuando tus días han sido grises, encuentras de casualidad a la persona que por unas pocas horas te hace la más feliz, alegre y querida de todas.