
Déjame tocarte, acariciar cada centímetro de tu cuerpo, de tu ser. Déjame sentir el calor que emana de tu alma y así deleitarme con cada gota de tu piel, y es que es tanto el deseo que fluye por mi cuerpo que no resisto esta distancia. Por favor tómame, siente como mi cuerpo se adapta al tuyo y se encaja perfectamente, es que estamos hechos el uno para el otro. ¿Que no entiendes que cada pedazo de mi te llama? desde lo más profundo de mi interior brotan los besos apasionados que quiero darte, acércate, ven y toma lo que sabes tuyo hace mucho tiempo, hemos llegado a este mundo predestinados, nos deseábamos antes de nacer, nos necesitábamos antes de existir.
Eso es, despacio, lentamente, vas sintiendo que la piel llama. Tus labios lanzan descargas que los míos detectan a kilómetros, claro que sí, acércate y déjate llevar por esta corriente de pasión. Nuestras manos se buscan a tientas en la oscuridad, sabes que te busco, yo sé que me buscas, puedo sentir tu presencia a tan solo segundos del encuentro. Me atajas la mano, qué hábil eres, y depositas mis brazos en tus hombros, "no me sueltes" me dices tan seguro de ti. Puedo notar que llevas el torso desnudo, tal como yo ando sin blusa, y me tomas la cabeza sin vacilar, entonces por fin inclinas mi rostro y besas estos labios deseosos de tu sabor.
La danza de lenguas que producimos no tiene comparación, me muerdes, te muerdo, reímos. Tomo tu cabello entre mis manos y la lujuria nos atrapa, nos acercamos cada vez más, tanto que respiramos del mismo aire. Nuestra piel desnuda se pega haciéndose una, una fusión del más puro deseo.
Pero ese deseo no es tan solo carnal, ese deseo recorre nuestro cuerpo porque existen las ansias de fundirnos en un solo sentimiento, Amor. Solo la persona que te conoce por completo sabe cómo llegar a ti, solo esa persona que electriza mis labios puede concretar en mi el más íntegro placer de sentirme amada, deseada y mujer.
Comienzas a besar mi cuello, ¡uy! cómo deliro con ese juego, sabes que justo ahí mi cuerpo se arquea, el cuello y los dos turgentes senos son los que provocan mi debilidad, los besas sin control mientras con una agilidad maestra quitas mi sostén para undirte en mi pecho, saboreando todo a tu paso.
Luego ya la ropa no es un inconveniente, solo quedamos tu y yo en un vaivén sereno que se torna descontrolado, cada vez pedimos más y más placer, nos aceleramos y un grito nace desde el estómago, viaja por dentro, y en el climax ya no hay quien lo detenga, el elixir de tu ser se queda travieso por mi entrepierna y con un beso callamos la euforia del orgasmo.
creo que todos pasamos por lo mismo, pero estamos tan desorientados que no nos damos cuenta que el tu y yo no solo es carne, sino que un sin fin delirante de sensaciones y emociones compartidas entre fugases tiempos de la vida.
ResponderEliminareres grande lun's sigue con esto que a la larga puede ser un plus en tu vida.
PD: un agrado leerte y saber que sientes :)