Enjoy the kiss

.....~~el beso es la puerta de la intimidad~~.....

jueves, 18 de diciembre de 2014

El miedo

Hay una pregunta que desde hace algún tiempo pasea lenta, pero arduamente dentro de mi cabeza: ¿En qué me he convertido?

He tratado, con gran superioridad, de evadirla. La pregunta me asusta, me carcome y produce un bloqueo mental en mi cansada mente, me produce un dolor en el centro de mi pecho, me quita el aire...por eso la evito.

Sin embargo lo que me aterra a nivel celular, y podría decirlo, a nivel molecular también: es la respuesta. Todo en mi se estruja, se deshidrata, se vuelve tóxico y es tanto el dolor  que se deja de sentir cualquier estímulo. 

El miedo es uno de los peores sentimientos cuando te has vuelto una persona que gusta de reflexionar sobre la vida. Comienzas a temer de tu mente, de lo que puede elaborar, esos pensamientos que vislumbran la realidad de tu propia existencia. Analizas todo, tu amiga te cuenta su vida y más que pensar en ayudarla, comienzas a evaluar el porqué ella hizo tal cosa, el trauma que tiene, cómo influye en ti, "a mi también me ha pasado", yo hice tal cosa, el trauma que tengo, como influye en los demás, lo que debo hacer, lo que debo reflexionar....y así una infinidad de pensamientos hilados en unos pocos segundos ¿y qué pasó con tu amiga? ya no le tomas atención, no existe su problema, solo existes tú y tus traumas. Qué asco de amiga soy.

Me he dado cuenta, dolorosamente, que no soy la persona que creo ser. El egocentrismo ha hecho mella en mi personalidad dejando salir los peores sentimientos que podría tener hacía alguna persona, y duele. La maldad de la gente que me rodea por fin ha corrompido mi mente. Muchas veces tengo que suprimir comentarios venenosos que luchan por salir de mi boca, me doy cuenta, me hago consciente de ello y me asusto (otra vez el miedo), me doy asco... ¿En qué me he convertido? 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Quédate conmigo

Con un bossanova de fondo ella se paseaba por un bar de Copacabana, pensando, sopesando las opciones para una noche inolvidable. Su naturaleza aventurera muchas veces discutía con su lado romántico, el problema era que no entendían que la aventura y el romanticismo lo pasan muy bien de la mano.
La música envolvente la llevaba caminando casi por las nubes, cerraba los ojos y caminaba solo con su instinto. Los acordes la movieron hacia la pista de baile, Cada nota la expresaba con su cuerpo, uno de los amores más grandes es por la música, en ella te refugias, vives, lloras, te acompaña y respiras. 
La noche y la humedad daban pie a la locura, a que se perdiera en el aroma de carnaval. Bailaba sumergida en mundo cuando éste se vió invadido. Una mirada pesaba en su aire, la sentía cerca , le pasaron muchas cosas. Su mundo se disolvió, paró su cuerpo el movimiento, las notas dejaron su esencia, se sorprendió. Jamás había sentido algo así.
Abrió sus ojos buscando la mirada de quién se había metido en su mundo y parado todo por completo, casi molesta y con el ceño fruncido recorrió el bar. Rápidamente encontró ese par de ojos que buscaba, cafés. 
Un mirada serena, tímida, pero directa; sus ojos representaban la ternura y la perdición juntas. Un escalofrío recorrió su espina, se fijó en su nariz, su boca semi abierta que dejaba escapar las ganas de besar. avanzó confundida, sus pies se movían solos, sus manos picaban, necesitaba ocuparlas, llegó frente a él y tomó su nuca...sus manos dejaron de incomodarla, se volvían útiles.
Él dejó que ella comiera su boca, rozó su cintura y la atrajo a su caliente cuerpo. Se fundieron en un abrazo dejando que sus mundos se completaran; ella volvió a bailar y él se movía a la par. Reían y bailaban, bebían y conversaban, Ella se sintió tan a gusto que se asustó...

Con una última mirada de tristeza se dió vuelta y marchó, en su corazón solo existía el dolor de no poder disfrutar de las mariposas en su ser, y no es que no lo disfrutara por alguna razón lógica, más bien era porque toda su vida había estado acostumbrada a ser maltrada y tenía un talento especial para elegir a la persona incorrecta. Se sentía mal y enojada con ella misma por ser consciente de aquello, pero tampoco quería cambiar. Su vida estaba cómoda de esa manera...

Sintió un brazo que la tomaba por el hombro, se detuvo y volvió sus ojos preparada para rechazarlo... 

"quédate conmigo..."  

lunes, 3 de noviembre de 2014

Amores intensos

Se miraron,
hablaron,
se gustaron...

Se besaron,
se tocaron,
y se mordieron.

Él un enamorado del amor,
ella de los recuerdos de pasados amores.

Se besaron,
se tocaron,
y se mordieron.

Él y ella en una burbuja
respiraban el amor incomprendido.

Se besaron,
se tocaron,
y se mordieron.

Se aburrieron de quererse,
nada tenía sentido...

Se ignoraron,
Se pelearon
y se odiaron.

domingo, 19 de octubre de 2014

Y si me cuentas tus secretos?

Abrí los ojos de repente y sentí cómo acercaba mi boca a la suya. Fue un beso abrumador, anhelado desde el primer momento, saboreado desde que lo vi hablar y negado hasta ahora. 
Me dejé llevar por su calor, por la forma de acercarse a mi, y por todas las razones que mi corazón no puede entender ni controlar.

Suave, dulce, húmedo, ansioso, su beso era todo lo que había pensado... y más. Cada movimiento de sus músculos era una invitación para sentir lo cálido que podía ser. Nuestras lenguas se enredaban y bailaban en busca de ese poder que te hace actuar.

Actuar para mover tus manos y desabotonar cada barrera que se interpone al roce de la piel, al goce...

No sé muy bien quién ganó esa pelea, solo resta decir que su camisa, mi polera, y nuestros jeans ya no tenían espacio en este cuadro. En cada poro de mi piel dejó su nombre marcado y en cada cosquilla de su ser dejé la huella de mis labios.

Muchas veces, y las mujeres estarán de acuerdo conmigo, no hace falta de la penetración para llegar al éxtasis y ésta fue una de esas ocasiones, tanto así que luego de enfrentar el firmamento con la danza de nuestros cuerpos... sentía que lo conocía de toda la vida, que me sabía todos sus secretos, que podía leer mi mente...sentíamos que nuestras almas venían unidas hace mucho tiempo.

miércoles, 16 de julio de 2014

La primera vez como titular

Esta no es una historia de amor romántica, tampoco de alguna competición. Esta historia habla de la primera vez que me planté en una sala como la titular, no como practicante ni reemplazo. 
Cuando me ponía a pensar y a soñar con mi primera clase como la dueña de la sala me aventuraba a confeccionar libretos en mi cabeza, ¡Como si fuese una obra de teatro! .... de cualquier manera, no veía esta escena tan cercana, quizás debido a la inmadurez que domina mi mente o sólo porque no quería dejar de ser la compañera buena onda en la sala. 
Basada en mi gran experiencia con profesores, y escribo "mi gran experiencia" porque he conocido a lo menos 30 profesores en mi vida escolar, más los profesores de la universidad, he concluido que en escasas ocasiones los profesores sonríen y son buena onda en sus clases. En mi mente la palabra "profesor" es cualquier cosa menos: simpático, buena onda, entretenido, sonriente. Quizás el resto de la gente no piense lo mismo, debe ser porque tuvo profesoras distintas a las mías (muy lógico). Éste lado del docente, del "saber ser", de lo actitudinal del profesor me empezó a preocupar bastante; ¿Cuál es la imagen que le damos a nuestros niños y/o adolescentes de nosotros mismos si nunca sonreímos siquiera? No sé los demás, pero yo cuando era niña sentía que, a pesar de ser estrictas, mis profesoras no tenían una vida feliz y que a lo mejor no les gustaba lo que hacían, fuese por la razón que fuese. Y luego de una ardua reflexión me dije a mi misma: misma, tu no quieres dar esa impresión a tus estudiantes. ¿Dónde está el cariño y el amor por lo que estoy haciendo? Por más que lo profese, no hay coherencia en mis actos, más que el de pensarlos y emitirlos. Sin embargo la reflexión no solo queda ahí ¿cómo lograr un equilibrio entre lo estricta y lo feliz (por decirlo de una manera)? Es algo que aún no logro responder.
La oportunidad de trabajar y tener mi titularidad se dio cuando menos lo pensaba, en menos de 3 días yo empezaba a ejercer mi docencia en una escuela donde tendría que trabajar con quintos básicos (para lo cual no tenía preparación en cuanto al trato, más que la que he adquirido con mis niños de scout). Si bien es cierto sentía cierta irresponsabilidad por tomar el trabajo sin tener preparación en esos cursos tan pequeños, lo tomé como un desafío y pensando en los niños que llevaban un casi un mes sin profesora.
El momento había llegado y yo aún no había definido mi libreto, no alcancé a pensarlo, menos ensayarlo. No era necesario. Solo llegué antes ellos, me presentaron y yo apenas hablaba, mi intuición era mi guía. Creo que con decir que fue muy oportuno el omitir el desayuno, habría vomitado en frente de ellos, bastaría para explicar mi sensación. 
Los miré, 45 caras de expectación me miraban y yo no sabía si reír o llorar. Opté por eliminar esas dos alternativas y me obligué a hablar. Los saludé, me presenté, con la voz más precisa y clara. No sabía si lo que hacía estaba correcto, les expliqué las reglas y les conté algunas cosas, además de ver qué tanto habían "aprendido" en las clases. Así fue en los dos cursos que tengo a cargo.
Hoy a 9 semanas de comenzada esta travesía agradezco a la vida la oportunidad, porque los adoro. Sé que se viene un segundo semestre con muchos desafíos, pero espero tener el valor, la capacidad y el amor para llevarlos a cabo.
Hoy sé que las palabras CONSTRUCTIVISMO y CONDUCTISMO no tienen mucho significado a la hora de tomar tus estrategias (como lo presagié en mis últimos años de carrera), no son conceptos buenos o malos, ninguno te condena, lo que sí puede hacerlo es tu disposición al momento de pararte y dar lo mejor de ti a tus estudiantes y lo feliz que seas 
al hacerlo.