He soñado que en momentos banales muero, y la sensación de anhelar la muerte no me asusta, porque a pesar de todo lo malo soy feliz. No me importa dejar amigos porque sé que tendrán apoyo después de mi, dejar a mi familia no me deja con amargura, sé que recordarán los hermosos momentos que pasamos juntos y sabrán que yo no quiero, por nada del mundo, que sufran.
Quizás pensarán que tenía toda una vida por delante, una mujer sana que casi es una profesional, dirían que tiene toda una vida y carrera por recorrer, pero no. La vi
da no se mide en años, se mide en días rescatados. uno de los libros a los que más les tengo cariño hace que te preguntes cuántos días de tu vida has sido feliz, que los rescates, ¿cuántos son? Es un ejercicio que te hace pensar, y caer en cuenta de que muchas veces malgastas días enteros solo en reclamar, en no aprovechar lo bueno del día, de la vida.
Y estoy aquí, rescatando casi la totalidad de mis días, tengo mi vida recorrida, no necesito más. He sido feliz y he intentado de que quienes me rodean lo fuesen también, aunque solo tuviera nada más que una sonrisa para entregar.

Lo escribo con lágrimas, lágrimas de emoción, porque sé que no sufriré, sé que alguien me extrañará, y ojalá me recuerden por todo el bien que hice, creo que al final es lo que la mayoría queremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario