Ojalá algún día las personas se dieran cuenta de lo que damos por ellas, que muchas veces ofrecemos todo por el otro y ni siquiera recibimos una sonrisa a cambio. Si tan solo los demás se tomaran un par de segundos en pensar la voluntad que se tiene hacia sus necesidades, hacia su persona, sería todo mas hermoso.

Imagina si todos nos damos cuenta de que la otra persona ha dedicado un minuto de su vida y tiempo en apoyarte, en darte cariño, en escucharte, en ser sostén, dar aprecio, amor, una mirada cómplice, una esperanza o un consejo de corazón, si es que somos conscientes de esa atención y la valoramos podremos entablar relaciones duraderas y maravillosamente sanas con gente que de verdad te aprecia y que puedes contar con ellos. Aunque no basta solo con valorar esos gestos, parte del juego es la reciprocidad, yo también tengo que corresponderle a esa persona que ha estado ahí conmigo o me ha apoyado, así se crea un circulo emocional que va compartiéndose con los demás, generando al tiempo y concientemente una red de confianza y certidumbre de que no estás solo, que tus emociones no están amparadas en el aire, sino en personas tan reales y cómplices como tú.
Es importante señalar que no se hacen las cosas por esperar algo a cambio, pero siempre es bienvenido ese gesto, demuéstralo.
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