Enjoy the kiss

.....~~el beso es la puerta de la intimidad~~.....

miércoles, 12 de junio de 2013

Casual?


Hay un juego que no puedo dejar, necesito vivirlo. El amor y la pasión de solo una noche me reconforta, y me protege. El saber que jamás volverás a ver a esa persona lo hace mas extremo e interesante, desata mis pasiones e inhibe mi vergüenza.
Esta noche y como tantas otras me fui a un bar con mi mejor amiga, ella no comparte mi forma de ver las relaciones. Asegura que me escondo de mi capacidad de amar. De eso hablabamos mientras saboreabamos unas caipirinhas cuando mi mirada se posó en un tipo que entraba al bar. Vestía chaqueta de cuero y jeans oscuros, se dirigió a la barra y pidió un trago. Volví mi atención a mi amiga, suena su teléfono, y es el pesado de su marido que no puede dejar a su mujer salir a tomar un trago. Fui al baño, no soporto las discusiones de pareja. 
Qué manera de maltratar tu juventud teniendo un esposo, cuando podrías disfrutar de todo lo bueno que te ofrece la vida sin atarte a una persona. 
Volví a nuestra mesa, mi querida y sometida amiga debía marchar, tomó sus cosas y se despidió de mi.
- Cuidate por favor, tú sabes a lo que me refiero- enfatizó.
- Descuida, hoy solo me acostaré con uno- le dije riendo.
- Gracias- y se fue.
Tomé mi chaqueta, mi trago y me fui a la barra. Un tipo se me acercó y me invitó a beber de lo que tenía en su vaso. No, gracias. Al parecer no le gustó que me negara, lo noté agresivo e insistió, amablemente le repetí que no me apetecía, ya tenía mi bebida. 
Tiró mi vaso al suelo y volaron los pedazos de vidrio. Enojado me tomó por los hombros para sacurdirme, pero algo lo contuvo y me soltó inmediatamente. El sujeto de chaqueta y jeans oscuros había salido en mi defensa. 
Me tomó de las manos y me sacó de ahí.
- Estás bien?
- Algo así, gracias, no se que le sucedió a ese tipo, yo solo le rechacé el vaso.
- ¿Y a mi me aceptarías un trago de vino? - me preguntó seriamente.
- Está bien.
Fuimos a su casa, bebimos y conversamos de la vida, era menor que yo solo en un par de años, soltero, sociable y algo rudo, misterioso. Me lo propuso sin vacilar, quiero tener sexo contigo, aquí, ahora y muchas veces. Si hay algo que enciende mi pasión es un hombre con decisión.
Como respuesta le subí el volumen a la música, me acerqué y le quité la camisa, inmediatamente me tomó con ambas manos de las nalgas y me presionó contra su erección latente. Recorría mi cuello con su boca, besaba, succionaba y lamía mi piel, mientras sus manos danzaban por mis muslos en dirección a mi entrepierna. Yo solo atiné a respirar y dejarme llevar, me daba nalgadas de vez en cuando y yo no podía dejar de escapar algún pequeño gemido, sobretodo cuando estos golpes eran cerca de mi sexo.
La ropa estorbaba, rajó mi blusa y el brassier desapareció como por arte de magia. Tocó y masajeó mis pezones, se los llevaba a la boca y los mordía, provocando que en mi centro hubiesen descargas eléctricas. 
Yo quería ocuparme de su miembro, preparado esperaba por mis caricias y mi lengua. Jugué con su punta, la introducía a mi boca y la rodeaba con la lengua, luego recorría todo su largo con codicia, lentamente, saboreándolo. A veces me daban ganas de morderlo, lo metía hasta mi garganta y succionaba, cada vez más rápido. Poco antes de llegar a su climax me tomó y colocó en su sofá, abrió mis piernas y se puso a darme placer, y cómo lo hacía!, me temblaban las piernas con su experticie, introducía sus dedos y lamía con agilidad y rapidez. Comencé a sentir calor de la cintura hacia abajo, casi se me dormía la cola, aumentó de ritmo y yo no aguanté más, grité como nunca. Pero nada había terminado, me penetró inmediatamente, estaba apretada despues del orgasmo así que su goce era más sabroso. Mantuvo un ritmo suave para que me recuperara, cuando volvi completamente al juego, aceleró. Me tomaba de mi cadera, era amo y señor dominante, y eso me quemaba aún más. Gemía sin parar, me dió vuelta para quedar mas cómodos y me tomó fuertemente, logrando embestidas que me descolocaban de mi eje, gritamos los dos juntos cuando se acercó el final y caímos en su alfombra agotados.
La noche fue larga y el desayuno también. Una buena manera de comenzar el fin de semana. Cabe resaltar que nunca más lo volví a ver, si no ¿qué gracia tendría el sexo casual?

lunes, 10 de junio de 2013

Ángel (parte 1 de 2)

Su piel está caliente, la siento. Él duerme a mi lado y lo he mirado desde que desperté. Se ve tan sereno, sin preocupaciones, se ve como un ángel, mi salvador.

Anoche yo era un atado de nervios, estaba desesperada y sentía que nadie ni nada en el mundo podía ayudarme. Desolada y deshidratada por tanto llorar nada podía hacerme recapacitar, lo  necesitaba, perderme en el limbo. Quería llamar la atención? no lo sé, quizás si, pero necesitaba saber que estaba haciendo algo para poder desaparecer. Fui al baño y traje cloro, luego al botiquín y traje fármacos diversos. Sería una agonía dolorosa y si tenía suerte quizás moriría.

Pensaba en las formas de ocupar lo que había traído frente a mi computador cuando me habló por chat. Me saludó y un gran peso cayó en mi estómago, no contaba con eso y quise no responder. Luego de 5 minutos mirando su "hola, como estás?" me decidí a contestarle.

- bien y tú?
- bien, sabes he pensado en ti mucho hoy

Que había pensado mucho en mi? que clase de saludo era ese, qué se supone que debía responder ante eso.

- en serio?  eso porque....
- y te lo preguntas? pues porque te quiero y porque sé que estos días lo has pasado mal, juntémonos hoy? ahora?
- ahora? por  que ahora?
- porque el momento siempre es ahora. Que dices? voy a tu casa?
- mmmm... estas seguro de esto?
- claro que si, por eso te he hablado ahora, quiero verte, lo necesito.

Y lo que necesitaba yo? quería estar sola en mi dolor, nunca mirar atrás. Y por qué ahora, justo en el momento en que había decidido que quería una tortura en mi cuerpo, ahora que quería la muerte.
Me dispuse a responder a su último mensaje, pero ya se había desconectado. Que clase de persona se cree, ni siquiera espera una respuesta, par qué me habló entonces. Quedaba más que demostrado que realmente no le importo a nadie.

Tenía hambre pero no quise comer, si lo hacía mi estómago no podría absorber bien los fármacos. Pensé en escribir una carta, pero no lo logré, quise que alguien me detuviera, pero estaba sola. Tomé las pastillas, las ordené y fui  a buscar un gran vaso con agua. No había alcanzado a sentarme otra vez en mi cama cuando escuché que alguien me buscaba afuera. Me asomé por la ventana y mi sorpresa fue inmensa, él estaba ahí esperando por mi, se había desconectado para venir a verme.

Rápidamente escondía las pastillas debajo de la cama junto al cloro. Pasé frente al reloj, eran las 11 de la noche. Abrí la puerta y lo miré con una mezcla de confusión y ... alegría?. Pasó a mi casa solo saludándome y casi ignorándome por completo. Quedé petrificada, sabría él lo que yo quería hacer? imposible, no tenía cómo enterarse...

continuará...

viernes, 7 de junio de 2013

Modificando el ardiente poema

Es una modificación hecha por mi del poema 20 de Pablito Neruda, si te fijas en los versos, son parecidos.




Puedo escribir los versos más ardientes esta noche

Escribir, por ejemplo: tu boca contra mi espalda
y dibuja mi mano un rumbo hacia tu pecho.

el aliento de mi alma toca tu pelo y baja.

Puedo escribir los versos más ardientes  esta noche
yo lo deseaba y a veces él también lo hizo

En noches como esta me tuvo entre sus brazos
lo sentí como si nunca lo hubiese tenido

Él me besó, a veces yo también lo lamía
cómo no haber saboreado su miembro prolijo

Puedo escribir los versos más ardientes esta noche
Pensar que hay en tu cuerpo, lo que un día fue mío

Rozar tu piel extensa, con la punta de mis yemas
y entonces derretirme con el calor de tu vicio

Que tiene tu cara que me es difícil acariciarla,
tiene tanto ardor en la mirada que no lo consigo

Así es, siento que me invita, me invita al cortejo
sus ojos me llaman a probar su cuerpo encendido

Como para besarte mis labios te buscan
mis piernas te buscan y se envuelven a tu ombligo

Durante esta noche que caen estrellas angelicales
nosotros en un goce queremos ser  uno mismo

Es lo que quiero, deseo, lo que siempre quise
mis labios viajaron para susurrar a su oído:

tómame por completo y recórreme con tus besos
de a poco, despacio, que no quede un centímetro.

Lo quiero, aquí y ahora, cuánto lo quiero
es tan corto el orgasmo y tan largo el placer vivido

Porque en esta noche no quiero que me separes de tus brazos
cuando quieras dormir, sueña conmigo

Aunque este sea el único amor de mi alma
y este sea el ultimo verso que te escribo.