Enjoy the kiss

.....~~el beso es la puerta de la intimidad~~.....

miércoles, 16 de julio de 2014

La primera vez como titular

Esta no es una historia de amor romántica, tampoco de alguna competición. Esta historia habla de la primera vez que me planté en una sala como la titular, no como practicante ni reemplazo. 
Cuando me ponía a pensar y a soñar con mi primera clase como la dueña de la sala me aventuraba a confeccionar libretos en mi cabeza, ¡Como si fuese una obra de teatro! .... de cualquier manera, no veía esta escena tan cercana, quizás debido a la inmadurez que domina mi mente o sólo porque no quería dejar de ser la compañera buena onda en la sala. 
Basada en mi gran experiencia con profesores, y escribo "mi gran experiencia" porque he conocido a lo menos 30 profesores en mi vida escolar, más los profesores de la universidad, he concluido que en escasas ocasiones los profesores sonríen y son buena onda en sus clases. En mi mente la palabra "profesor" es cualquier cosa menos: simpático, buena onda, entretenido, sonriente. Quizás el resto de la gente no piense lo mismo, debe ser porque tuvo profesoras distintas a las mías (muy lógico). Éste lado del docente, del "saber ser", de lo actitudinal del profesor me empezó a preocupar bastante; ¿Cuál es la imagen que le damos a nuestros niños y/o adolescentes de nosotros mismos si nunca sonreímos siquiera? No sé los demás, pero yo cuando era niña sentía que, a pesar de ser estrictas, mis profesoras no tenían una vida feliz y que a lo mejor no les gustaba lo que hacían, fuese por la razón que fuese. Y luego de una ardua reflexión me dije a mi misma: misma, tu no quieres dar esa impresión a tus estudiantes. ¿Dónde está el cariño y el amor por lo que estoy haciendo? Por más que lo profese, no hay coherencia en mis actos, más que el de pensarlos y emitirlos. Sin embargo la reflexión no solo queda ahí ¿cómo lograr un equilibrio entre lo estricta y lo feliz (por decirlo de una manera)? Es algo que aún no logro responder.
La oportunidad de trabajar y tener mi titularidad se dio cuando menos lo pensaba, en menos de 3 días yo empezaba a ejercer mi docencia en una escuela donde tendría que trabajar con quintos básicos (para lo cual no tenía preparación en cuanto al trato, más que la que he adquirido con mis niños de scout). Si bien es cierto sentía cierta irresponsabilidad por tomar el trabajo sin tener preparación en esos cursos tan pequeños, lo tomé como un desafío y pensando en los niños que llevaban un casi un mes sin profesora.
El momento había llegado y yo aún no había definido mi libreto, no alcancé a pensarlo, menos ensayarlo. No era necesario. Solo llegué antes ellos, me presentaron y yo apenas hablaba, mi intuición era mi guía. Creo que con decir que fue muy oportuno el omitir el desayuno, habría vomitado en frente de ellos, bastaría para explicar mi sensación. 
Los miré, 45 caras de expectación me miraban y yo no sabía si reír o llorar. Opté por eliminar esas dos alternativas y me obligué a hablar. Los saludé, me presenté, con la voz más precisa y clara. No sabía si lo que hacía estaba correcto, les expliqué las reglas y les conté algunas cosas, además de ver qué tanto habían "aprendido" en las clases. Así fue en los dos cursos que tengo a cargo.
Hoy a 9 semanas de comenzada esta travesía agradezco a la vida la oportunidad, porque los adoro. Sé que se viene un segundo semestre con muchos desafíos, pero espero tener el valor, la capacidad y el amor para llevarlos a cabo.
Hoy sé que las palabras CONSTRUCTIVISMO y CONDUCTISMO no tienen mucho significado a la hora de tomar tus estrategias (como lo presagié en mis últimos años de carrera), no son conceptos buenos o malos, ninguno te condena, lo que sí puede hacerlo es tu disposición al momento de pararte y dar lo mejor de ti a tus estudiantes y lo feliz que seas 
al hacerlo.